"La vida en si son oportunidades a las que algunos se niegan. Por miedo a sufrir, por temor al rechazo, por fracasar. Pero si no nos damos esa oportunidad, de un modo u otro ya has perdido." Samarcanda.
SEGUNDAS OPORTUNIDADES
Hacía mucho
tiempo que había renunciado a vivir, ya apenas recordaba mis sueños y como si
de un presagio se tratará mi nombre, Soledad, evocaba todo lo que había sido mi
vida ¿Dónde quedó aquella bonita historia, donde amar debió ser nuestro
principal gozo y estandarte? Nunca conseguimos que lo fuera y después de tantos
años, no me quedaban esperanzas, ni fuerzas. El amor se esfumó antes de nacer. El
embrujo que debía cautivarnos quedó reducido a un puñado de páginas rotas en un
libro vacío. Cada capítulo era una desilusión, que a golpe de mentiras, mató
una incipiente pasión que intentaba subsistir sin éxito. Triste soneto de
enamorados, donde nada fue verdad.
Y entonces como en un inciso a tanto desencanto,
apareció él y una maravillosa música sonó en mis oídos. No quería, no debía
escucharla, pero poco a poco se fue convirtiendo en un hechizo de luz entre
tanta sombra. Exánime y derrotada, tampoco me atreví a creerlo, no podía
esperar ya que el amor rondara mi alma y los ribetes de mis ojos, teñidos siempre
de lágrimas florecieran con una nueva ilusión.
-Desafío de amor a tanto desamor…–pensé.
El miedo a sufrir se batía en duelo con mis ansias.
Él no se merecía este corazón de piedra y tanta impedimenta a cuestas, hacía
que la mochila pesara demasiado. Rafa sin embargo, siguió insistiendo,
intentando atravesar esa barrera que se interponía entre sus deseos y mis
temores. Por fin ese remanso de agua cristalina que adivinaba tras sus ojos,
ganó la batalla y me dejé llevar envuelta en un éxtasis no esperado, pero
enormemente deseado. La paz ansiada llegaba por fin a mi vida.
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