"En ocasiones somos prisioneros de nuestro ayer. Ocultos permanecen nuestros miedos entre pequeños detalles, juguetes de niños que son espejos de nuestros conflicto y temores de antaño."
Samarcanda.
Disfrazada de vacíos
Huecos
son los recuerdos,
lívida
esta mente que no cede,
el
tiempo pesa, pasa indolente,
la
niña no crece… no quiere
y
el miedo manda inflexible.
Me
refugio en su interior,
ese
que es mío también,
armadura
de duelos,
disfrazada
de mentiras.
No
quiero que me descubran,
ilusa,
me escondo ahora,
aislada
de un mundo perverso,
juguetes
de mi infancia perdida…
perdidos
me gritan.
Encarnada
rosa me avisa,
de
una flecha que me apunta,
necia
de mi, le doy la espalda,
a
estos sueños del nirvana.
Ya
no quedan estrellas relucientes,
pueriles
esperanzas son camino.
Perdida
y sofocada la ilusión,
acepto
con calma mi destino,
oculta
meta que persigo,
será;
o quizá no, este mi sino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario