Los malos momentos de la vida hay que aprender a capearlos cual fiero temporal. La paciencia es una gran virtud, por ello -al igual que en la mar- las tempestades pasan y tarde o temprano vuelve la paz a nuestro horizonte.
Samarcanda
CON LA MAR EN CONTRA
No atisbo el horizonte. Ni el sol, ni la luna,
más seguro que ahí están,
esperando tu regreso….
Me dejo llevar en este vaivén absurdo,
intentando atrapar el cabo de cuerda
que me amarre a tierra firme,
a la tranquilidad de la calma que no llega,
que se obstina tercamente
en no compartir espacio conmigo,
-con mis horas-
con mis días de tempestad continua.
Y llega hasta mí el rumor de las olas,
de un tiempo casi olvidado,
del amargo amor y de aquel necio abismo
que fue tu presencia.
La mar la tuve en contra,
de mí se mofó, enredándolo todo,
destino traidor, jugaba a ser tierno,
meciendo mis sueños,
redes de plata, dientes de acero.
Sigo navegando ahora
por mares que aún son bravas,
empeñadas en
lanzarme
de un lado a otro
del caos,
sin explicaciones,
sin motivos, ni razones.
Pero seguiré
insistiendo…
No atisbo el horizonte,
ni el sol, ni la luna.
más seguro que ahí siguen, esperando tu regreso.
Así es Sami, aunque no se vean, están, y los llevas dentro..Precioso!!
ResponderEliminarBueno querida, intento pensar que siempre habrá un mañana y mano a la que agarrarse fuerte, fuerte...Cuando uno crea que no puede continuar sola. Besitos mil.
EliminarUn poema intenso, para leer y releer, aún cuando soplen vientos fuertes. Un abrazo, Samarcanda.
ResponderEliminarGracias Elvira, los vientos siempre soplan, unas veces fuerte, otras más fuerte. Pero siempre hay momentos de brisa suave para compensar. Un besote.
EliminarSi no ves el horizonte, imagínalo hasta que la tempestad pase. El sol y la luna te miran. Abrazo grande <3
ResponderEliminarGracias Rosa, aunque los momentos de tempestad se repiten mucho a lo largo de la vida. Debo decir que este texto lo escribí hace más de diez años, cuando mis momentos de tormenta, sobrepasaban a los de calma, hoy día, aparte de mi salud, no me quejo. Tengo cariños fuertes y verdaderos. Un besito querida.
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