No hay mucho que
decir cuando el desencanto y la mentira se ha hecho fuerte en una relación.
AMARGA ESPERA (Microcuento)
Las horas pasaban con lentitud perversa, el sueño no
era su aliado. Por fin llegó apestando a perfume y traición, no se atrevió a
pronunciar su nombre, solo pasó la mano por su cuerpo inmóvil y lo sintió tenso
bajo la sabana. María se mantuvo en idéntico estado inerte cuando él rozó su
frente con un beso infiel y como cada
noche también, con ese gesto dejó caer todo el peso de la culpabilidad en su
piel hasta quemarla.
© Samarcanda-Ángeles.