<<Esta pequeña historia
fue realmente un sueño que tuve y más o menos tal como lo recuerdo, a menudo
digo que los sueños guardan un significado con el momento que vives e intento
indagar que los ha motivado, no quiero decir que en todas las circunstancias esto
funcione del mismo modo, pero en la mayoría de ocasiones es así y hay que
respetarlo.
Quiero
pensar que este es el caso y este sueño mío me estaba implorando retomar
hábitos que había dejado abandonados por miedo a no poder realizarlos como lo
hacía antes –bien o mal- eso es lo de menos.>>
RENUNCIAR
A UN SUEÑO ES UN POCO MORIR…
<Ayer
tuve un sueño increíblemente bello…Soñé que volvía a pintar, que mis manos
habían recuperado el esplendor de antaño y me seguían igual que en tiempos ya
lejanos cuando volaban solas detrás de los colores de mi paleta. Me vi delante
de un gran lienzo dibujando y pintando con trazos ágiles y bien perfilados,
creando ese otro universo que solía envolverme y que me hacía sentir tan libre.
El mismo que hace ya cinco años abandone.
No
entendí porque en mi sueño se me veía tan feliz…puede que olvidara que no era
yo -que sólo era eso- un sueño…>
* * * * * * * * * * * *
No sé
de donde salió aquel joven, hubiera jurado que en esa sala no había nadie. Me
encontraba tan apartada y alejada de la zona de paso del edificio, que estaba
segura que ningún otro ser se perdería por aquellos obscuros corredores.
Pero
aquel atractivo joven estaba allí sin atreverse a pestañear siquiera, mudo por
completo, admirando mi trabajo. No advertí su presencia hasta un tiempo después
y de repente me volví como si alguien hubiera tocado mi espalda con suavidad,
como en una caricia. En realidad él no se había movido ni un milímetro,
permanecía en silencio, quieto, absorto y observaba con verdadera devoción a
una distancia prudencial…-
Oh!!…Disculpe
no pretendía distraerla, menos aun molestarla.-Se excusó con cierta timidez.
-No
pasa nada, todo está bien. –Me apresuré a decir un poco por obligación.
Realmente
si me incomodaba su presencia, por una parte no me gustaba que me
observaran mientras trabajaba, por otra, me confundía aquel súbito interés
hacia mi obra que a mí se me antojaba excesivo, la verdad.
Nunca
había pasado de hacer pequeños encargos sin demasiado éxito, tampoco de gran
relevancia, pero cuando tu trabajo se convierte en tu pasión esos detalles
carecen de importancia. En todo caso, me pagaban por hacer lo que realmente me
gustaba.
!Que
más podía pedir! Esa arrogancia de sentirse reconocida y admirada que imaginaba
en mis comienzos hacía tiempo que había pasado a un segundo plano.
De
repente, sin previo aviso el joven, me saco de mis cavilaciones mientras
me ofrecía su mano…(SIGUE)
© Samarcanda -Ángeles.
© Samarcanda -Ángeles.
Fragmento
del libro de relatos cortos:
"A través del Caleidoscopio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario